En vísperas de su retiro definitivo del voleibol, Sara Joya Lobatón, ex seleccionada nacional y actual capitana del club Deportivo Géminis de Comas, líder de la Liga Nacional Femenina, hace un breve repaso a su larga trayectoria y nos cuenta sus planes cuando llegue el momento, cada vez más cercano, de poner fin a su carrera profesional.
Se juega los descuentos. La extensa y exitosa trayectoria profesional de la voleibolista peruana Sara Joya Lobatón (Lima, 1976) -que abarca casi dos décadas- está a punto de llegar a su fin. La espigada atacante central ha anunciado -esta vez sí de manera firme- que ni bien finalice la presente edición de la Liga Nacional Femenina se retirará.
En la sala de su acogedor hogar, que está atiborrado de fotografías que inmortalizan su carrera, la ex seleccionada nacional recuerda sus inicios en el vóley, su debut en Alianza Lima, lo que significó para ella haber integrado aquella selección que logró nuestro último título sudamericano (Cusco, 1993), sus experiencias en clubes del exterior y nos comenta sobre lo que tiene pensado hacer una vez que haya dejado el voleibol profesional. ¿Incursionará en la política siguiendo los pasos a sus ex compañeras Cenaida Uribe, Gabriela Pérez Del Solar y Leyla Chihuán, actuales Congresistas de la República? "No lo descarto. Tengo cuatro años para prepararme", nos dice.
La cubana Regla Torres afirmó hace años en una entrevista que a ella no le gustaba el deporte y que jamás imaginó que viviría ligada al voleibol. ¿Ocurrió lo mismo contigo?
(Mira a su madre que está cerca y se ríe) Sí, es curioso pero lo mismo sucedió conmigo. Lo que pasa es que mi hermana mayor, que me lleva un año, se iba a entrenar y como mi mamá siempre nos decía que debíamos ir juntas a todos lados tuve que acompañarla casi por obligación. Nos íbamos de Surquillo hasta San Juan de Lurigancho. Fue así que me quedé en el club y de allí me invitaron a la pre-selección de menores.
-¿Por qué el vóley y no otro deporte?
Creo que por mis condiciones físicas (su agilidad y altura) me incliné por esta disciplina. Aunque practiqué otros deportes en la escuela como el básquet y el atletismo es en el voleibol donde más destacaba.
-¿Cuándo te das cuenta de que podrías ser voleibolista y vivir de eso?
Desde que me invitaron a ser parte de la pre-selección de menores. Fue un giro muy brusco en mi vida pues ni siquiera tenía un año jugando y ya estaba convocada para formar parte de un equipo nacional. Además, creo que la persistencia de mi entrenador de entonces, Antonio Carrasco, fue también clave para convencerme de que tenía futuro jugando este deporte.
-Debutaste profesionalmente en Alianza Lima y lo haces nada menos que con un título en ese bicampeonato del 92. ¿Qué recuerdos de esa época?
Recuerdo mucho lo feliz que se puso mi padre, quien es hincha acérrimo de Alianza Lima, cuando debuté con los colores blanquiazules. Y yo súper contenta, desde luego. En ese plantel estaban todas las estrellas del momento: 'Gaby' Pérez del Solar, Natalia Málaga, Denisse Fajardo, Cenaida Uribe, Jessica Tejada, Janet Vasconzuelo. Era un equipazo, del cual por supuesto aprendí mucho.
-Un par de años después vino el subcampeonato en el Sudamericano de Clubes. ¿Sentiste en algún momento que pudieron ganar ese torneo o el rival brasileño, Caja Recreativa, era realmente muy superior?
Pienso que el título estaba para cualquiera. Alianza tenía una buena escuadra que incluso fue reforzada por una brasileña. El equipo que cometía menos errores ganaba el partido, y lamentablemente las cosas no fueron favorables para nosotras.
-¿Qué jugadora era tu mayor referente en ese equipo?
(Responde raudamente) Denisse (Fajardo). Es una persona que le gusta enseñar a las más jóvenes. Te orienta desde que pisas el campo de entrenamiento hasta lo que debes hacer en los camerinos. Es alguien con quien incluso hasta ahora converso y sigo aprendiendo de ella.
-A pesar de que no tuviste mayor participación en ese torneo, ¿cuánto significó para ti formar parte de ese equipo que ganó el título del sudamericano el año 93?
Aunque ese mismo año ya había sido seleccionada en las categorías menores y juveniles -donde incluso quedamos cuartas en los respectivos mundiales- haber sido parte de esa selección que ganó el último título sudamericano para nuestro país, hasta ahora, es una experiencia maravillosa. Sobre todo teniendo en cuenta a quién se le ganó, nada menos que a las brasileñas. Fue inolvidable.
-¿Qué sentimientos te embargaron la primera vez que te pusiste la camiseta de la selección?
No me la quería sacar (ríe). Estaba súper emocionada que lo primero que hice fue mostrárselo a mis padres y a mis abuelos para que me dieran su bendición.
-Conforme trascurren los años tu carrera fue despegando. De todos los equipos extranjeros donde jugaste, ¿fue tu paso por la Liga de Portugal el más exitoso de tu trayectoria en el exterior?
Sí, creo que en ese país es donde mejor me fue. Llegué a un equipo (CD Ribeirense) que hace tiempo no obtenía un título y gracias a Dios el 2009 conseguimos ganar la Copa Portugal.
-A pesar de que jugabas en Portugal, tu equipo residía en la isla Azores, un lugar que si bien es cierto pertenece a ese país, está bastante alejado de donde competían...
Ni me hagas acordar de lo que tuve que pasar esos ocho meses que estuve por allá (risas). No, mentira. Recuerdo que en ese lugar (la isla Azores) no teníamos nada. Sólo había una tienda que abría a las 10 a.m y cerraba a las 4 p.m., entonces teníamos que aprovechar para comprar todo lo que íbamos a necesitar, pues si no nos quedábamos en el aire. Era terrible.
-¿Te molesta que sea tan recurrente la pregunta de por qué no se clasificó a Pekín 2008, cuando fuimos eliminados por Venezuela? ¿Has encontrado alguna explicación para esa derrota ante las llaneras?
No, pues al fin y al cabo es la realidad. Sinceramente no nos imaginábamos quedar fuera de esas olimpiadas, pero había muchos problemas en el equipo que nos impidieron conseguir ese sueño tan anhelado.
-¿Qué problemas?
Básicamente era con el técnico (se refiere al brasileño Enio de Figueiredo 'Chico'). Las chicas no se sentían cómodas con él, además no hubo una buena planificación de cómo afrontar ese pre-olímpico y en el momento cuando más necesitábamos del entrenador no tuvimos su respaldo. Así era difícil lograr el objetivo.
-¿Crees que eso es, dada las circunstancias actuales, lo más cerca que estuvimos de regresar a unas Olimpiadas?
Sí, creo que sí. El próximo año se juega el pre-olímpico, pero ahora que Brasil no clasificó directamente a los JJ.OO en la Copa del mundo, querrá clasificarse en ese torneo. Va a ser muy, pero muy complicado que lleguemos a Londres.
-Al final de la temporada pasada (inicios del 2011) jugaste en Géminis con la venezolana Yéssica Paz, quien, ironías de la vida, fue tu reemplazante en el equipo español Benidorn, al que no llegaste a regresar a tiempo por un problema con tu visa...
Tienes razón. Eso sucedió el 2008 para el pre-olímpico de ese año. Quedamos con el presidente de la federación de ese entonces (César Vértiz) que nos tenían que ayudar con el tema de la visa y él se comprometió a hacerlo. Pero la historia ya la conocen: nunca nos cumplió y Carla Tristán y yo no pudimos regresar a jugar a España.
-¿Crees que fue una represalia por la eliminación ante Venezuela?
Quién sabe, pero lo cierto es que nos abandonaron, no nos dieron el lugar que nos merecíamos pues hicimos un gran esfuerzo por venir a jugar por la selección. Y mira cómo nos pagaron.
-Hace muy poco estuviste a punto de hacer historia en Chile con el modesto elenco del Cedef Lo Prado, equipo que en su primera experiencia en la profesional quedó subcampeón de la Liga Chilena...
Fue una bonita experiencia. A pesar de que ese club, y en general todos los equipos chilenos, sólo entrena una o dos veces a la semana para jugar después los sábados o domingos, creo que hicimos una buena campaña. Allá en Chile hay una buena infraestructura, pero no ven todavía al voleibol de manera profesional. Para ellas es como un hobby.
¿Cuál fue el momento más difícil de tu carrera?
Dejar la selección, definitivamente.
-¿Sientes nostalgia?
Por momentos sí. Uno pasa momentos muy bonitos allí, llegas a formar una familia con tus compañeras y dejar eso de la noche a la mañana cuesta. Pero ya me estoy acostumbrando. Es parte de la vida, ¿no?
-¿Y el de mayor satisfacción?
Cuando integré el mismo año, en 1993, las tres selecciones: menores, juveniles y las mayores.
-¿Cuál es la verdadera razón por la que decides retirarte?
Creo que mi ciclo como jugadora ya se cumplió. Ya es hora de que emerjan nuevas figuras y si yo tengo que dar un paso al costado para que eso suceda, gustosamente lo haré. Acaba la Liga actual y me retiro.
-¿Es definitivo? Te lo digo porque leí una entrevista que te hicieron a inicios de este año donde afirmabas lo mismo (que se retiraba ni bien acabase el torneo que se estaba jugando en ese entonces)...
Lo que pasa es que Luis Linares (presidente de Géminis) me pidió que lo apoyase una temporada más, y aunque al inicio me negaba rotundamente, finalmente me convenció (risas). Además, es una forma de agradecer a 'Lucho' por haberme dado la oportunidad de retomar el voleibol pues cuando di a luz a mi hija, al año siguiente me buscó para integrar su equipo (2005). Pero eso sí, le he dicho que este torneo nomás. Ahora sí mi decisión de retirarme es firme.
-Lograr el título con Géminis esta temporada sería cerrar con broche de oro tu dilatada y exitosa trayectoria...
Sería genial. Estoy dándome al máximo para que eso suceda, pero si no se llega a concretar igual tendré la satisfacción de haber aportado al club y apoyado a las más chicas.
FUTURO
-¿Te imaginas cómo será ese día después del retiro?
Sí, me lo imagino (agacha la cabeza por unos instantes). Pero se podría decir que de alguna manera ya lo estoy viviendo, pues desde que salí de la selección tengo un poco más de tiempo y comparto mis entrenamientos con las clases que dicto en un colegio de El Agustino. Así que creo que no me chocará mucho. Eso espero (ríe tímidamente).
-¿Qué viene después del retiro?, ¿algún proyecto?
Estoy a la espera de que se abra el segundo nivel del curso para entrenadora, pues ya llevé el primero. Por otro lado, tengo pensado estudiar la carrera de Educación Física y con mi hermana tenemos un proyecto para abrir una academia de voleibol, en la que, dicho sea de paso, yo sí estaré presente.
-¿Cuánto te dio y cuánto tuviste que sacrificar por jugar al voleibol?
El voleibol me ha abierto muchas puertas, pero tuve que sacrificar muchas cosas también: mi infancia, pues juego desde los ocho años y desde los doce he estado viajando, mis fiestas de promoción que no asistí, etcétera. Pero la vida del deportista es así, pero gracias a Dios hoy veo la recompensa. Estoy recogiendo lo que sembré por años.
-El año pasado postulaste como regidora por La Victoria en la lista de Cambio Radical. ¿Qué te motivó para incursionar en la política?
Yo soy de las aquellas mujeres que siempre quiere experimentar cosas nuevas. Conocía a la persona que postulaba como alcalde de La Victoria y me entusiasmó su propuesta, así que me lancé. Las cosas no se dieron como pensábamos, pero igual fue una linda experiencia. No descarto volver a intentarlo.
-¿Será Sara Joya la próxima ex voleibolista congresista?
(Ríe) Todo puede suceder en esta vida. Es algo que lo he pensado, pero tengo todavía cuatro años para prepararme. Porque de hacerlo, quiero estar verdaderamente preparada para ese cargo y no defraudar a quienes confíen en mí.
-He conversado con muchas personas que te conocen y todas coinciden en algo: que eres una mujer de un alma pura. ¿No tienes temor que una vez dentro de la política te haga cambiar ese ambiente tan turbio y corrupto?
No, pues creo que la educación que me han dado mis padres la he sabido asimilar y la he llevado a la práctica durante toda mi vida, tanto en lo personal como en lo profesional. Soy una persona común y corriente y seguiré así pues una tiene que ser siempre la misma. La política no me cambiará, lo prometo.
-Ya estás hablando como candidata...
(Ríe) Trato de ser transparente y decir lo que pienso y siento. Más allá de donde me toque estar en el futuro, seré la misma Sara Joya de siempre: una mujer humilde y luchadora.
Sara, la joya que pronto dejará de exhibirse
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